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Hipersexualidad, qué es y cómo saber si la tengo

9 minutos
Si solo puedes pensar en sexo, te resulta difícil concentrarte en otras actividades y no te es fácil controlar tus impulsos, podrías estar enfrentando un problema de hipersexualidad. Aprende a reconocerlo.
Hipersexualidad, qué es y cómo saber si la tengo
Leticia Martín Enjuto

Escrito y verificado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto

Última actualización: 24 septiembre, 2024

Comprender la hipersexualidad te permitirá identificar sus síntomas y definir si tienes o no una fijación con lo sexual. Esta condición, también conocida como adicción al sexo o trastorno hipersexual, se caracteriza por una obsesión persistente con este tema, al punto de interferir con las actividades cotidianas.

El deseo sexual es una parte natural de la vida y puede variar según el contexto, las emociones y la salud física. Sin embargo, cuando se vuelve incontrolable y compulsivo, es un problema serio.

¿Cómo se define la adicción al sexo?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipersexualidad es un trastorno del control de los impulsos, en el que la persona no puede manejar sus deseos sexuales. La repetición compulsiva y la obsesión por los comportamientos relacionados con el sexo provocan consecuencias negativas en diferentes áreas de la vida.

A diferencia del deseo sexual elevado, este trastorno implica una necesidad constante y compulsiva de realizar actividades eróticas, como el consumo excesivo de pornografía, la masturbación frecuente o intimar con múltiples parejas. Son comportamientos que suelen interferir con la vida diaria, afectando relaciones personales, trabajo y bienestar emocional.

A menudo, se compara con otras adicciones modernas, ya que se siente una urgencia incontrolable. Y, en algunos casos, también se sufren síntomas de abstinencia.

La Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-11) de la OMS considera a la hipersexualidad como un problema de salud mental significativo. De todos modos, no se reconoce formalmente en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).

Diferencias de género

En estadísticas, se estima que el 8,6 % de las personas en los Estados Unidos padecen adicción al sexo. Aunque puede afectar tanto a hombres como a mujeres, suele predominar en ellos.

En las mujeres, la obsesión tiende a estar más relacionada con la dependencia emocional y la búsqueda de intimidad. Se usa el sexo como una forma de obtener afecto o escapar de la soledad.

En los hombres es más común que las compulsiones se manifiesten de manera externalizada, como la búsqueda constante de nuevas parejas, el uso excesivo de pornografía y la masturbación compulsiva. Son actos que suelen estar impulsados por un deseo de gratificación instantánea y necesidad de control.

Características y síntomas

La hipersexualidad se manifiesta de maneras diversas en cada persona. En algunos, las dificultades pueden centrarse en controlar fantasías eróticas, mientras que para otros será la lucha por regular los impulsos hacia actos sexuales concretos, como la masturbación.

De todos modos, hay características y síntomas comunes, como los siguientes:

  • Comportamientos sexuales compulsivos e incontrolables que se ocultan con mentiras.
  • Intentos fallidos de cambio al querer reducir o controlar las fantasías y los comportamientos.
  • Prolongación de las conductas sexuales, a pesar de no obtener satisfacción o de sus consecuencias negativas.
  • Dificultad para formar y mantener relaciones saludables y estables, debido a la preocupación excesiva por el sexo.
  • Emociones negativas vinculadas al comportamiento sexual, como vergüenza, culpa, remordimiento, depresión o ansiedad.
  • Fantasías y pensamientos sexuales recurrentes, intensos e incontrolables que ocupan gran parte del tiempo y la concentración.
  • Uso del comportamiento sexual como mecanismo de afrontamiento de problemas emocionales, como la soledad, la depresión o el estrés.
  • Sentimientos de tensión, ansiedad o excitación extrema antes de la actividad sexual, seguidos de alivio o liberación. También puede aparecer culpa o remordimiento al terminar.
  • Incapacidad para controlar los impulsos y regular los deseos sexuales, llevando a la participación continua en actividades de índole sexual, incluso con daño a uno mismo o a terceros.

¿Cuáles son los comportamientos asociados?

Las personas con hipersexualidad pueden involucrarse en diversos comportamientos compulsivos e incontrolables, como los siguientes:

¿Por qué sucede?

Las causas exactas de este trastorno no están del todo claras y es necesaria más investigación. Sin embargo, se han identificado varios factores que podrían contribuir a su desarrollo:

  • Condiciones médicas neurológicas, como la demencia, el alzhéimer y el síndrome de Kleine-Levin. La ansiedad, la depresión, el consumo de sustancias, el antecedente de sufrir abusos, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno bipolar pueden incrementar el riesgo.
  • Los efectos secundarios de ciertos medicamentos podrían vincularse a la necesidad compulsiva de tener sexo o pensar en él. Aquellos que afectan los niveles de dopamina en el cerebro, como los utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson, han sido asociados con la aparición de comportamientos hipersexuales.
  • El desequilibrio en neurotransmisores, como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, que regulan el comportamiento sexual, puede llevar a una disfunción en el control de los impulsos.
  • Los traumas pasados pueden actuar como un mecanismo de afrontamiento, impulsando a las personas a buscar consuelo en comportamientos sexuales repetitivos.
  • La disponibilidad y el acceso fácil a material erótico también aumenta el riesgo de desarrollar una conducta compulsiva.
En muchos casos, la combinación de factores internos y externos es la responsable.

Consecuencias

Este comportamiento repercute de manera notable en la vida de quienes lo padecen y en su círculo social. En primer lugar, pueden aparecer problemas en las relaciones personales, ya que el enfoque excesivo en el sexo daña la confianza y la comunicación con los otros.

Además, las personas con el trastorno suelen descuidar sus responsabilidades en el trabajo o en casa, lo que afecta su desempeño laboral. También pueden sentirse culpables o avergonzadas por su comportamiento, lo que disminuye su autoestima.

Una de las mayores preocupaciones es el riesgo elevado de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS). Las personas con hipersexualidad tienden a participar en conductas de alto riesgo, como no usar protección o tener múltiples parejas.

Por último, es un trastorno que puede provocar otros problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Muchas personas recurren al consumo de alcohol o drogas para lidiar con sus emociones, lo que empeora la situación. En casos graves, quienes lo padecen pueden cometer abusos, actuar con violencia, tener pensamientos suicidas o comportamientos autodestructivos.

Todos tenemos diferentes niveles de deseo. Una alta libido solo es problemática si afecta las relaciones, la vida diaria o la salud mental.

¿Cómo se hace el diagnóstico de hipersexualidad?

Diagnosticar la adicción al sexo es complicado porque no está oficialmente reconocida en el DSM-5. Significa que no hay criterios claros para identificarla. Aun así, muchos especialistas en salud mental utilizan las guías de la CIE-11 o los criterios generales de los trastornos adictivos para evaluarla.

En general, el diagnóstico se confirma si los síntomas han persistido durante más de seis meses y no son explicados por otras condiciones médicas. Los expertos hacen hincapié en determinar si la conducta sexual se vuelve problemática para la vida cotidiana.

¿Cómo saber si tienes hipersexualidad?

El diagnóstico definitivo pertenece a un profesional de la salud. Sin embargo, puedes responder con honestidad las siguientes preguntas para reconocer, en primera instancia, la existencia o no de un problema:

  1. ¿Tus conductas sexuales te generan culpa o ansiedad?
  2. ¿Sientes que no puedes controlar tus impulsos sexuales?
  3. ¿Has perdido la capacidad de obtener placer durante tus conductas sexuales?
  4. ¿Crees que tus impulsos sexuales pueden causar daño a ti mismo o a los demás?
  5. ¿Has mentido o engañado a tu entorno para seguir con tus actividades sexuales?
  6. ¿Tu vida personal, social, laboral o económica se ha visto afectada por tu deseo sexual?
  7. ¿Tienes dificultad para cambiar o controlar tus comportamientos sexuales, a pesar de querer hacerlo?
  8. ¿Dedicas gran parte de tu tiempo a fantasías, comportamientos o encuentros sexuales, descuidando otras responsabilidades?
Si respondiste «sí» a varias preguntas, deberías hablar con un profesional para evaluar mejor tu situación.

Tratamiento

El tratamiento para el comportamiento sexual compulsivo debe ser integral y variará según las características del trastorno y las necesidades del paciente. En general, incluye una combinación de psicoterapia, medicamentos y grupos de apoyo.

Psicoterapia

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es la estrategia más utilizada. Ayuda a las personas a identificar patrones de pensamientos y comportamientos negativos y reemplazarlos por conductas más saludables.

También se puede utilizar la terapia psicodinámica para explorar, identificar y resolver los factores desencadenantes y los conflictos emocionales que contribuyen a la hipersexualidad. Además, la terapia de aceptación y compromiso enseña a aceptar impulsos y pensamientos, mientras se desarrollan estrategias alineadas con los valores del paciente.

Medicación

Los medicamentos también son una parte importante del abordaje. Sobre todo, si hay otros trastornos subyacentes, como depresión, ansiedad o abuso de sustancias.

Los estabilizadores del estado de ánimo, los antidepresivos, la naltrexona (utilizada para reducir impulsos adictivos) y, en casos específicos, antiandrógenos, pueden ser de utilidad.

Grupos de apoyo

Las agrupaciones de apoyo, como Sex Addicts Anonymous, son un complemento valioso. Se trata de comunidades de personas con experiencias similares, en las que se pueden compartir vivencias, obtener apoyo y encontrar estrategias para prevenir recaídas.

Estos grupos son un entorno seguro, donde los participantes pueden aprender a gestionar su condición. En general, siguen el modelo de los 12 pasos, que consiste en la autoevaluación, la admisión de errores, la reparación de daños, el fortalecimiento espiritual y el apoyo mutuo en el proceso de recuperación.

¿Cómo afrontar la hipersexualidad?

Hacerle frente a tu compulsión por el sexo puede ser un gran desafío, pero es un paso necesario para recuperar el control de tu vida. El proceso de tratamiento y manejo requiere un enfoque multifacético.

Hay estrategias prácticas que pueden ayudarte a gestionar tu problema:

  • Trátate bien: deja de lado la vergüenza y la culpa y enfócate en la recuperación.
  • Sé honesto: habla abiertamente con tu pareja y familiares sobre tu problema y establece límites en las relaciones.
  • Practica técnicas de manejo del estrés: involúcrate en actividades que promuevan la relajación, la atención plena y la reducción de la ansiedad.
  • Evita desencadenantes: aléjate de situaciones y actividades que puedan provocar recaídas, como el consumo de contenido pornográfico, ir a fiestas que celebren la desinhibición o consumir drogas que puedan reducir tu autocontrol.

La hipersexualidad es una afección que muchas personas enfrentan. Aunque pueda generar vergüenza, remordimiento o afectar tus relaciones, el tratamiento y la recuperación son posibles.

Buscar ayuda profesional es un paso fundamental. Los terapeutas especializados en salud sexual están capacitados para brindarte el apoyo y la discreción que necesitas.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.