Receta de caldo de huesos y sus 5 beneficios para la salud
¿Has oído hablar del caldo de huesos y todas las bondades de esta elaboración? Es probable que sí, pues en los últimos años se ha convertido en una de las preparaciones de moda.
Se trata de una receta en la que se aprovechan estas partes de los animales que, de otro modo, quizás no son consumidas, pero contienen nutrientes interesantes. Por este motivo, se suponen algunos beneficios para la salud con su incorporación a la dieta habitual.
Si quieres conocer con más detalle su composición y cómo se puede cocinar en casa; sigue leyendo y descubre esta nutritiva y deliciosa sopa.
¿Qué es el caldo de huesos?
El caldo de huesos se puede definir como una infusión de los huesos de distintos animales (ternera, pollo, cerdo o, incluso, pescado) que se hierven en agua durante un tiempo prolongado. El resultado final es una sopa más densa, de color oscuro y sabor pronunciado.
Se trata de un plato o elaboración que ya era habitual entre nuestros antepasados. De este modo, conseguían consumir algunas partes de animales difíciles de comer de forma directa.
En realidad, hace algunas décadas, era un gesto corriente introducir hueso de jamón o patas de gallina a las sopas de verduras y pollo. Además, la tendencia de querer obtener platos más ligeros y bajos en grasas fue un factor que disminuyó su consumo.
Sin embargo, en los últimos años, su uso y preparación ha tenido un auténtico boom, ya sea por los seguidores de la dieta paleo, o por todas aquellas personas que buscan cuidar su salud a través de la alimentación, puesto que es un caldo que aporta diversos nutrientes.
Así, hoy en día es posible encontrar caldo de huesos a punto para consumir. No obstante, prepararlo en casa es sencillo. Estos son los principales elementos de los que se compone esta nutritiva receta.
Huesos
Se pueden emplear tanto huesos de un solo animal como una mezcla de ellos. Los de la rodilla y del rabo son los que contienen una porción más alta de gelatina.
La procedencia debe ser de la mejor calidad posible. Si se tiene la oportunidad de adquirirlos, los más adecuados son los que provienen de animales alimentados con pasto, de ganadería extensiva y aves criadas en libertad.
Vinagre de manzana
Este ingrediente se añade como un agente acidificante, que permite asegurar la extracción de los minerales y el colágeno que se encuentran en los huesos. Así hace posible que pasen al agua.
Verduras
Su adición es algo opcional. Como en todas las sopas, estas aportan sabor y minerales al caldo final. Las más habituales son las zanahorias, el puerro, el apio o la cebolla.
Utensilios
Para que un caldo de huesos tenga todas sus propiedades nutritivas y organolépticas (sabor, textura, color, etc.), es necesario que hierva durante unas cuantas horas. En algunas recetas y preparaciones se habla, incluso, de más de 24 horas.
El tiempo va a variar dependiendo de la disponibiliadad de cada persona y del tipo de olla que se vaya a usar. A modo de orientación, se pueden tener en cuenta estas aproximaciones:
- Crockpot u olla de cocción lenta: se puede cocinar durante 24 horas o más, ya que su consumo energético es bajo y no es necesario controlar el contenido.
- Olla tradicional: en este caso conviene llenar de agua hasta su capacidad máxima y controlar que siempre tenga suficiente líquido. El tiempo mínimo de cocción es de 3 horas y media, que se pueden alargar (siempre que esté bajo vigilancia).
- Olla rápida: su utilización permite reducir un poco más el tiempo, a dos horas y media. Pero quizás su sabor y contenido nutritivo no será tan completo.
Receta para preparar el caldo de huesos
Vistas estas consideraciones previas, hay que indicar que la elaboración del caldo de huesos no ofrece complicaciones, más allá del tiempo empleado, que suele ser prolongado.
Ingredientes
- 4 litros de agua (o la que quepa en el recipiente usado).
- 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana.
- 1 kilo de huesos de animales (cantidad aproximada): rodilla y espinazo de ternera, pie de cerdo, patas de gallina, huesos de columna, carcasa de pollo, entre otros.
- Verduras para el caldo: hojas de col, zanahoria, apio, cebolla, ajo, puerro.
- Sal y pimienta al gusto.
Paso a paso
- Antes de empezar, precalentar el horno a 200 grados. A continuación, colocar todos los huesos en una bandeja para horno y dejar dorar durante 25 o 30 minutos.
- Acto seguido, proceder a retirarlos e introducirlos en el recipiente elegido. Rellenar con el agua fría.
- Poner la olla al fuego, hasta alcanzar la temperatura de ebullición. En este momento, se debe reducir la temperatura al mínimo y dejar cocinar durante el tiempo estipulado según el tipo de recipiente. De nuevo, volvemos a destacar que cuanto más tiempo dure la propia cocción, más denso será el resultado desde el punto de vista nutricional.
- Si se desea agregar verduras, estas se añaden durante la última hora de cocción. De lo contrario, existe el riesgo que amarguen el caldo.
- Pasado este tiempo, ya se puede colar el contenido y dejar enfriar en la nevera.
Según los tiempos estipulados por la Food Safety, página web oficial del gobierno de los Estados Unidos, los caldos se pueden guardar tres o cuatro días en el refrigerador. Si no se va a consumir de forma breve, lo más recomendable es congelarlo. Así, puede aguantar entre 2 y 3 meses.
Maneras de consumir el caldo de huesosAunque se trata de un plato muy ensalzado por su aporte nutritivo y posibles beneficios, es una receta que se puede consumir como cualquier otro tipo de caldo. No hace falta ingerirlo en horas o cantidades específicas.
Lo más habitual es tomarlo solo, ya sea como un primer plato o un acompañante de la comida principal. También puede ser una bebida reconfortante para cualquier momento del día. Debido a la presencia de gelatina, suele presentar una textura densa, por lo que es preferible calentarlo antes.
Por último, también es posible utilizarlo como un ingrediente más de otras elaboraciones: sopas, cremas de verduras, guisos, estofados, salsas, etc.
Beneficios del caldo de huesos
Como hemos comentado, más allá del sabor, uno de los puntos fuertes de esta receta es la presencia de nutrientes.
Por un lado, contiene un buen aporte de proteínas, entre ellas el colágeno. Aunque es una proteína de bajo valor biológico, tras la digestión, estas se descomponen en aminoácidos que, a su vez, el organismo va a usar para elaborar nuevas proteínas. Como apuntan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, estas últimas son básicas para múltiples funciones:
- Forman parte de las enzimas, moléculas que realizan un gran número de reacciones químicas en el cuerpo.
- Son parte estructural de muchas células y tejidos: cabello, piel, uñas o huesos, entre otros.
- Actúan como mensajeras entre diferentes partes del cuerpo.
- Participan en el transporte de moléculas a través de la sangre.
Asimismo, aporta minerales, como el calcio y el magnesio. No obstante, según datos presentados en el Food & Nutrition Research, no se puede considerar el caldo de huesos como una fuente principal de estos, ya que en proporción a las cantidades diarias recomendadas, el contenido es bajo.
Pero el suministro de minerales puede aumentar cuando se añaden verduras a la receta. Como apuntan desde la revista Foods, el motivo es que los nutrientes de las verduras se mantienen en niveles notables después de la ebullición. Es por esto que su adición al caldo puede incrementar el beneficio nutricional.
Gracias a esta composición, consumir caldo de huesos con moderación y en el marco de una dieta saludable, aporta al organismo una parte de los nutrientes que necesita para funcionar con normalidad. Por lo tanto, hay que tomar este platillo como un respaldo positivo para nuestra salud, más no como una solución única para alguna dolencia o enfermedad.
1. Huesos y articulaciones
El aporte de glucosamina y condroitina (presente en el cartílago de los huesos) puede ser beneficioso para mantener en buenas condiciones los ligamentos, los tendones y los cartílagos.
Como apuntan los expertos de la Artritis Foundation, estos suplementos se han probado (con resultados variables), para mejorar la rigidez y el dolor causados por la osteoartritis.
2. Piel
Con el envejecimiento y la acción de algunos condicionantes ambientales, el colágeno de la piel pierde grosor y resistencia y pueden aparecer arrugas y otros signos de envejecimiento.
Como indican desde Harvard School of Public Health, algunos de los compuestos positivos para que el cuerpo produzca su propio colágeno se encuentran en el caldo de huesos: proteínas, minerales (como el zinc) y partes de tejido conectivo animal.
No obstante, según señalan los mismos expertos, hay que tener en cuenta que una vez digerida la proteína, el organismo va a usar estos aminoácidos de la forma más conveniente. Por lo tanto, nada puede asegurar que reviertan en un mejor estado de salud de la piel.
3. Intestino
Uno de los aminoácidos presentes en la gelatina es la glutamina. Su función es importante para mantener en buenas condiciones la pared del colon y prevenir una condición conocida como intestino permeable.
En los últimos años, los datos parecen relacionar esta alteración con algunos problemas de salud: intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal o algunas patologías crónicas. Así se desprende de este artículo publicado en Frontiers in Nutrition, si bien sus autores señalan la necesidad de seguir investigando.
4. Tracto respiratorio
Un tazón de caldo de pollo es un remedio casero habitual cuando se padecen resfriados o gripes. Muchas personas lo ingieren para sentirse mejor o por una disminución del apetito. Pero también puede ser positivo para mejorar los síntomas.
Así lo detallan en la página de salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En ella subrayan que no es un alimento curativo, pero puede ayudar a descongestionar la nariz y la garganta, fomenta la hidratación y diluye la mucosidad.
5. Aporte proteico
Esta cantidad extra de proteínas que aporta el caldo de huesos puede ser interesante en algunas situaciones donde las necesidades están aumentadas. De acuerdo con la Clínica Mayo, un ejemplo es el caso de los deportistas, las personas que trabajan levantando peso de forma regular y los mayores de 50 años (para reducir el riesgo de sarcopenia).
Asimismo, como señalan desde el Journal of the International Society of Sports Nutrition, una adecuada ingesta proteica y el estímulo del ejercicio son necesarios para poder construir músculo.
Caldo de huesos, un producto de mucha calidad bueno para la salud
Como has podido comprobar, el caldo de huesos es una elaboración de mucha calidad que resulta positiva para la salud. Eso sí, siempre conviene prepararlo de modo casero. Así, se evita el uso de muchos aditivos artificiales como los conservantes, que podrían dañar su calidad.
Es importante emplear siempre huesos diferentes, en cantidad suficiente y garantizar un proceso de cocción lenta para conseguir extraer la mayor cantidad de nutrientes posible.
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