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¿Qué te indica tu tipo de barriga? ¡Descúbrelo!

5 minutos
Al contrario de lo que muchos puedan pensar, la acumulación de grasa en la barriga o el que esta zona se vuelva más prominente no se debe solo a comer en exceso.
¿Qué te indica tu tipo de barriga? ¡Descúbrelo!
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas

Escrito por Yamila Papa Pintor
Última actualización: 24 mayo, 2023

Como bien sabéis, existen diferentes tipos de barriga. Las causas más comunes de tener la barriga de mayor tamaño son: el exceso de grasa, la hinchazón o retención de líquidos, e incluso a consecuencia de haber dado a luz.

Tratar la causa puede ayudar a reducir dicha barriga. Aquí, te contamos cómo.

¿Qué dice la barriga de nosotros?

Lucir un vientre plano es el sueño de muchas mujeres. Algunas hacen dietas estrictas y otras pasan horas en el gimnasio para lograrlo.

Sin embargo hay quienes no pueden lograr su objetivo. ¿Por qué? Porque no realizan un tratamiento específico acorde a su tipo de barriga.

Es necesario que conozcas cuál es la forma que más se asemejan a tu estómago. Entonce podrás buscar la forma correcta de obtener los resultados deseados.

No se trata de hacer mil abdominales por día, ni de pasar hambre. Existen otras técnicas eficaces y no tan estrictas.

Los diferentes tipos de barriga son:

1. Barriga hinchada

La principal característica de este vientre es que por la mañana está más plano que a la tarde.

La distensión se va acrecentando a medida que pasan las horas. Esto puede ocurrir por la acumulación de gases o la indigestión.

Este tipo de barriga puede afectar tanto a mujeres con sobrepeso como a las delgadas. Está relacionada con intolerancias alimentarias, alergias o a consecuencia de una dieta deficitaria.

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Las intolerancias más habituales son a la lactosa, a la levadura, al alcohol y al trigo o gluten. Puedes hacer la prueba y dejar de comer algunos de estos grupos alimentarios, pero antes de ello, debes consultarlo con tu médico. Así podréis analizar si alguno te provoca la hinchazón. Sin embargo, para saberlo, como ya hemos dicho, es necesario acudir a un especialista.

Si es el caso, el siguiente paso es eliminarlos de tu dieta. 

También te recomendamos que:

  • No comas muy tarde por las noches. Según este estudio de la Revista mexicana de trastornos alimentarios, la comida nocturna podría ser un importante factor relacionado con la obesidad.
  • Bebas mucha agua durante el día.
  • Añade probióticos saludables a tu organismo. De esta forma, ayudarás a fomentar el trabajo de la flora intestinal.

2. Barriga de postparto

Si has dado a luz hace poco puedes presentar este tipo de vientre. Es abultado en la parte inferior, y puede darse incluso después de dos años del parto.

Tras el embarazo el útero “baja” y se hace más pesado. Es posible que llegue a necesitar, al menos, unos meses para volver a la normalidad. Sin embargo, a veces esto tarda mucho más tiempo.

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Esto sugiere que no es necesario comenzar bruscamente a hacer ejercicio. Por el contrario, se recomienda esperar unos tres meses. Tampoco es útil obsesionarse con el incremento de peso. Es importante que cuides de tu salud y de la del bebé.

Una vez que ya estés un poco más relajada y quieras comenzar a hacerte cargo de tu cuerpo (y de las típicas marcas de la maternidad), se cree que consumir suplementos de aceite de pescado podría ayudar a adelgazar gracias a la producción de las hormonas encargadas de reducir el apetito. No obstante, no existen estudios científicos que avalen esta afirmación.

Otra opción es consumir ácidos grasos insaturados (presentes en el aguacate, el salmón y las semillas de chía, por ejemplo). Aportan muchos nutrientes, y aunque no te ayuden a adelgazar, sí que te ayudarán a sentirte más enérgica.

Para que el vientre esté más fuerte necesitas realizar ejercicios de pelvis. El más conocido es el de Kegel.  Los abdominales no están tan recomendados, porque están pensados para músculos en buena forma. Tras el parto estos se separan y es preciso dejar que se recuperen.

3. Barriga pequeña y baja

Es la típica de aquellas mujeres que tienen carreras muy exigentes o de las madres demasiado ocupadas.

Incluso puede aparecer en las que van al gimnasio o hacen dieta pero que siempre repiten los mismos ejercicios y los mismos platos.

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Los malos hábitos relacionados a este tipo de barriga son los excesivos abdominales o las rutinas que no cambian (por ejemplo, hacer siempre spinning).

Estos provocan una quema de grasa de las caderas, las piernas o los brazos, pero no del vientre.

Una buena nutrición es fundamental para eliminar esta pequeña barriga. De esta manera también evitarás el estreñimiento o la hinchazón.

  • Come más vegetales de hoja verde y alimentos con fibra.
  • Cambia los abdominales por las flexiones de brazos o los ejercicios de resistencia.
  • Introduce circuitos que contengan ejercicios de fuerza y aeróbicos (sentadillas, salto a la soga, etc.). Según un estudio publicado en la Revista Médica de Chile, estos últimos favorecerían la pérdida de grasa.

4. Barriga de estrés

Estar en la oficina muchas horas sentado frente al ordenador y comiendo aperitivos es perjudicial para la salud en muchos sentidos. Uno de los principales perjudicados es el vientre.

Este tipo de vientre se caracteriza por una hinchazón dura y prominente en la zona que va desde el diafragma al ombligo.

Se produce no solo por la comida poco saludable que ingerimos, sino también por la producción de una hormona llamada cortisol (que según diversos estudios, acumula grasa alrededor del estómago).

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Si te excedes con los productos procesados, comes mucha comida rápida y no tienes horarios fijos serás más propenso a este tipo de vientre.

Una de las maneras de evitarlo es descansar más, ya que de esta forma tu organismo se regulará y descenderá la producción de cortisol. De la misma forma, estudios como el publicado por la Facultad de Medicina de la UNAM, afirman que la falta de sueño provocaría un mayor riesgo de sufrir obesidad.

Combate el agotamiento con alimentos nutritivos como, por ejemplo, los frutos secos.

Además deberás reducir el consumo de café a dos tazas diarias y hacer más ejercicios relajantes que aeróbicos (yoga, taichí, caminatas en el parque, etc.).


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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