Así puedes evitar la piel reseca y quebrada durante el invierno

Las bajas temperaturas del invierno tienden a causar dificultades para retener la humedad de la piel. Aquí te revelamos 14 secretos para evitar el problema.
Así puedes evitar la piel reseca y quebrada durante el invierno
Maria del Carmen Hernandez

Revisado y aprobado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez.

Última actualización: 30 diciembre, 2023

La sequedad de la piel en invierno es el resultado de la exposición al aire frío del exterior, al aire caliente del interior y a los bajos niveles de humedad en la mayoría de los entornos. Estos factores alteran la barrera cutánea y provocan descamación, comezón, ardor y enrojecimiento.

En términos médicos se conoce como xerosis invernal y sus manifestaciones pueden ir de leves a graves, de acuerdo a la zona de la piel afectada,  el tipo de piel, el origen étnico, el sexo, la edad y el estado de salud general. A menudo, es más severa en adultos mayores, pacientes con diabetes y personas con eczema y psoriasis.

Áreas expuestas, como las manos, los pies y la cara, tienden a presentar con más frecuencia los síntomas. Los fuertes vientos, la lluvia y el aire seco las despojan de sus aceites naturales y reducen su capacidad para retener humedad.

¿Cómo evitar esta situación? En el siguiente espacio detallamos 14 consejos.

1. Aplica hidratante después de cada lavado

Durante toda la temporada invernal es necesario tener a mano un buen producto hidratante, sea en crema, loción o gel. No solo tendrás que utilizarlo después de la ducha, sino cada vez que te laves la piel.

¿El motivo? El contacto con el agua y los productos de limpieza provocan la pérdida de los aceites naturales.

Así pues, tras lavarte la cara, las manos o todo el cuerpo, asegúrate de aplicar el hidratante de tu preferencia. A través de la Academia Estadounidense de Dermatología, la dermatóloga Joyce Davis recomienda buscar productos con ácido hialurónico, un activo que absorbe 1000 veces su peso en agua.

También apunta la glicerina, la lanolina, el aceite mineral, la vaselina y la manteca de karité como coadyuvantes contra la sequedad. Otras sustancias, como el ácido láctico, la dimeticona, el aceite de jojoba y el petrolato también ayudan.

Cuanto más espeso sea el producto, más humedad aportará.


2. Utiliza protector solar aunque haga frío

Un error frecuente a la hora de aplicar una rutina para el cuidado de la piel en invierno es ignorar la aplicación diaria de protector solar. Algunas personas creen que durante los días fríos es innecesario emplear este producto; sin embargo, es tan importante como en los meses de verano.

Aunque los rayos ultravioleta (UV) no son tan notorios como en las épocas cálidas, de todos modos atraviesan la piel y pueden dañar sus células. Este impacto no solo incide en la sequedad, sino también en la aparición de manchas, quemaduras y signos del envejecimiento cutáneo.

Dicho esto, incluye en tu skincare un protector solar de un mínimo de 30 FPS. Espárcelo sobre zonas expuestas como el rostro, las orejas y el cuello.

3. Simplifica tu rutina de cuidado de la piel

Cuando se trata de evitar la piel reseca y quebrada durante el invierno, menos es más. Si el frío y el aire seco derivan en irritación, descamación y sensibilidad, lo idóneo es simplificar al máximo la rutina para cuidar la piel.

Utilizar muchos productos al mismo tiempo no ayudará. Al contrario, podrías provocar lo que se conoce como inundación de la piel o skin flooding.

Debido a la alteración que sufre la barrera cutánea, los compuestos químicos de los productos de belleza tienden a generar más irritación. Esto empeora con ingredientes como las fragancias y el alcohol, que de por sí ya generan sensibilidad.

Considera utilizar únicamente un hidratante y protector solar por las mañanas. De ser necesario, solo aplica los básicos del maquillaje.

En la noche, utiliza un limpiador suave y una crema hidratante nocturna. De momento, puedes suspender tónicos, lociones, serúms y demás.

4. Instala un humidificador

Durante las épocas frías, instalar un humidificador en el interior del hogar puede disminuir la tendencia a sufrir alergias, sequedad de la piel y molestias respiratorias. La función de estos artefactos es agregar humedad al aire y minimizar los efectos de la calefacción. 

En general, se recomienda mantener la humedad interior entre el 30 % y el 50 %. No obstante, expertos de Harvard Health Publishing sugieren configurar el humidificador al 60 % en invierno para ayudar a reponer la humedad de la piel.

Humidificador.
Los humidificadores se comercializan en diferentes versiones, con variados tamaños y funcionalidades diversas.

5. Evita las duchas calientes y prolongadas

Tomar una ducha caliente durante el invierno es reconfortante; sin embargo, si te preocupa sufrir de piel reseca y quebrada, será mejor optar por una temperatura más templada. El agua caliente elimina los aceites que lubrican la piel y exacerba síntomas como la sequedad y el picor.

Algo similar ocurre con las duchas demasiado prolongadas, incluso si tienen la temperatura adecuada. Por ello, procura limitar el tiempo de baño a unos cinco minutos; además, asegúrate de usar agua tibia y limpiadores sin fragancia.

6. Ten cuidado con el uso de exfoliantes

Los exfoliantes suelen ser un complemento para mantener la piel con un aspecto suave, brillante y saludable. Su función es remover las células muertas y las impurezas, mientras se estimula el flujo sanguíneo.

El problema es que la exfoliación suele realizarse con productos abrasivos o granulados que, en condiciones de sensibilidad, tienden a romper la barrera de humedad de la piel. Por ello, en la época de invierno, es conveniente limitar su uso.

Aparte de reducir su frecuencia de aplicación a un máximo de una vez por semana, conviene elegir un exfoliante químico suave —como el ácido glicólico—, en lugar de exfoliantes físicos como las esponjas, los cepillos y las cremas con gránulos.

Si notas la piel irritada o agrietada, lo mejor será no exfoliar hasta que sane.

7. Hidrata la piel desde el interior

La aplicación de productos hidratantes tópicos es solo un paso para mantener la piel humectada durante el invierno. Para lograr una hidratación óptima es primordial garantizar una ingesta abundante de agua y bebidas saludables. Esto permite incrementar la elasticidad, la flexibilidad y la suavidad cutánea.

La sugerencia actual para la ingesta de agua es de 3,7 litros para los hombres y de 2,7 litros para las mujeres. Esta cantidad se puede alcanzar con agua sola o a través de infusiones, jugos vegetales y de frutas o caldos.

8. Utiliza prendas protectoras

Elegir las prendas adecuadas es determinante para prevenir la piel reseca y quebrada en invierno. Los guantes, los abrigos, las capas térmicas, los calcetines y los gorros actúan como una barrera física contra los agentes ambientales que afectan la salud cutánea en esta temporada.



9. Elige prendas y detergentes que no sean irritantes

Los materiales con los que se confecciona la ropa de invierno inciden más de lo que crees en la salud de la piel. A pesar de que la costumbre es colocarse prendas de lana, hoy se desaconseja este tejido. En especial, para quienes sufren sensibilidad. La razón es que sus escamas provocan sequedad, picazón e irritación.

Ahora mismo, los fabricantes han desarrollado lanas menos problemáticas, como la merino, la alpaca y la de algodón Pima. También hay ropa de otros materiales cálidos, como la felpa, la sherpa, la franela y el velour

Etiqueta de lana merino.
El etiquetado de la lana merino especifica qué porcentaje de este textil tiene la ropa.

Otro detalle que hay que considerar son los detergentes que se emplean para lavar las prendas. Sus compuestos químicos agresivos pueden empeorar la sequedad. Por ello, hay que buscar fórmulas libres de fragancias e irritantes.

10. Aplica bálsamo labial

Debido a que la piel de los labios es más delgada y sensible, hacemos hincapié en la importancia de utilizar un bálsamo labial hidratante. Las condiciones propias del invierno resecan y deterioran la piel de los labios, desarrollándoles muchas veces lesiones, ardor y sangrado.

Elige fórmulas que contengan cera de abejas, lanolina, parafina, vaselina, vitamina E, manteca de karité o aceite de almendras. Evita las que contienen alcoholes o mentol. De ser posible, opta por bálsamos con filtro solar.

11. Considera el uso y el consumo de aceites saludables

Incluir en la rutina de cuidado algunos aceites vegetales contribuye a recuperar la barrera lipídica de la piel. El aceite de vitamina E, de almendras, de argán, de coco y de aguacate son algunos ejemplos.

Son bastante útiles en áreas de mayor sequedad, como los codos, las rodillas y los pies. Aun así, puedes utilizarlos en cualquier parte del cuerpo. Toma unas cuantas gotas en la palma de la mano y frótalo sobre la piel hasta que se absorba bien.

Además, incluye aceites saludables en tu alimentación, como las fuentes de ácidos grasos omega-3. Los pescados grasos, los frutos secos, los aguacates, el aceite de oliva, el aceite de canola y las semillas hacen parte de este grupo.

12. Presta atención al cuero cabelludo

El cuero cabelludo tiende a resecarse e irritarse debido al clima frío y seco del invierno. Para contrarrestar esto, procura utilizar fórmulas de champús y productos capilares que contengan activos emolientes e hidratantes.

Mientras que los emolientes retienen la humedad del cuero cabelludo y el cabello, los hidratantes ayudan a reponer las grasas naturales. Busca en la etiqueta ingredientes como el aloe vera, el tilo, la malva, la caléndula, los aminoácidos, el glicerol, el pantenol, las vitaminas A y E y las ceramidas. Si experimentas caspa o descamación, emplea productos con zinc, ácido salicílico, ketoconazol o sulfuro de selenio.

13. Evita la ingesta de alcohol y tabaco

Es primordial evitar la ingesta de alcohol y tabaco. Ambos contienen sustancias químicas tóxicas que incrementan la deshidratación, la inflamación y la presencia de radicales libres en la piel.

Asimismo, perjudican el sistema de defensa antioxidante cutáneo, lo que se manifiesta en una mayor tendencia a sufrir hinchazón, arrugas prematuras, pérdida de elasticidad y aspecto opaco.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que ninguna cantidad de alcohol es segura. Por ello, aunque una o dos copas estén aprobadas como ingesta moderada, lo mejor es evitarlo.

Respecto al tabaco, hay varias estrategias para tratar de dejar el hábito. La terapia de reemplazo de nicotina, la psicoterapia, el ejercicio físico y las técnicas de relajación se recomiendan.

Implementar todos estos cuidados no siempre es suficiente para evitar la piel reseca y quebrada en invierno. Si la sensibilidad es severa y la piel presenta ardor, irritación y sequedad a pesar de aplicar las recomendaciones, lo mejor será consultar al dermatólogo.

El profesional puede recetar una pomada, una crema u otros productos específicos para afrontar esta condición. Además, evaluará en detalle los síntomas para determinar si se trata de una afección cutánea que requiere otros tratamientos.

Prepara una rutina de cuidado de la piel para el invierno

Las temperaturas bajas y la calefacción utilizada en los interiores son los principales detonantes de la piel seca y escamosa durante el invierno. Por fortuna, solo hay que hacer algunos ajustes en los cuidados diarios para afrontar este problema.

Utilizar buenos productos hidratantes, evitar las duchas calientes y elegir métodos de exfoliación más suaves son algunas de las medidas más importantes. También es conveniente ajustar la humedad interior, usar protector solar, elegir prendas de materiales suaves y evitar la exposición a sustancias irritantes o tóxicas.


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